F11 – Full screen
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Los modelos de sintaxis espacial se iniciaron en 1984 con el trabajo clásico de Bill Hillier y Julienne Hanson The social logic of space. Se desarrollaron de manera explosiva, sin embargo, en lo que va del siglo XXI. En sus versiones actuales combina los mapas de líneas, los mapas de convexidad y los grafos de visibilidad con elementos de la teoría de grafos y con conceptos de la ciencia cognitiva. Los análisis emanados de las técnicas desarrolladas en este campo resultaron ser buenos predictores de no pocos aspectos del comportamiento social en el uso del espacio, los territorios y los lugares.
Dada la sensitividad profesionalmente alentada hacia las diversidades, la complejidad y la heterodoxia, las oportunidades que se abren a nuestras prácticas en materia de consultoría especializada en el contexto transdisciplinario son perceptibles y ya hay profusos antecedentes de esta posibilidad. Por ello esta sección estará dedicada al análisis de la sintaxis espacial, con especial énfasis en sus aplicaciones a la antropología urbana, la arqueología del espacio, el territorio y el paisaje y el diseño urbanístico.
Contará con presentaciones y ensayos sobre los siguientes temas:
- Antecedentes históricos de la sintaxis espacial: GIS convencional e isovistas
- Sintaxis espacial – Teoría y práctica (esta presentación)
- Técnicas de análisis de sintaxis espacial
- Herramientas de análisis en sintaxis espacial
- Herramientas para el diseño y el análisis de la ciudad compleja (libro)
- Sintaxis espacial, mapas cognitivos, conocimiento y percepción del espacio
- Dimensiones socioculturales de la sintaxis espacial
- Sintaxis espacial en antropología urbana y arqueología
- Sintaxis espacial: Redes y escalas
- Referencias bibliográficas esenciales
Esta misma página incluye una presentación general y un ejemplo del campo de la sintaxis espacial aplicada a la comprensión y el diseño de museos, galerías y sitios de muestra y encuentro público.
Introducción
Es común representar la forma urbana como un patrón de elementos identificables, como lugares o áreas cuyas relaciones recíprocas se asocian a menudo con rutas de transporte lineales, análogas a las calles de una ciudad. De eso a pensar que esos elementos forman nodos de un grafo hay un solo paso; los elementos serían vértices y los arcos vendrían a ser flujos directos o asociaciones entre aquéllos. La representación puede ser más o menos concreta, denotando desde flujos migratorios entre regiones a calles o corredores. El análisis que luego se establece sobre esos grafos tiene que ver generalmente con la proximidad relativa o “accesibilidad” entre ubicaciones, lo que involucra calcular las distancias entre nodos, la densidad de actividad de las distintas ubicaciones, la capacidad de transporte, la conectividad diferencial. Los conglomerados o clusters de actividad se asocian habitualmente con altos niveles de accesibilidad; muchos de los diseños urbanos existentes intentan cambiar esos patrones de accesibilidad mediante nuevas infraestructuras de transporte.
Es así que de un modo u otro se generó una larga tradición de investigación urbana vinculadas con principios de la teoría de grafos. Tras el trabajo pionero de Garrison (1960) sobre la conectividad de los sistemas de autopistas, Nystuen and Dacey (1961) desarrollaron dichas representaciones como medidas en la jerarquía de sistemas regionales de lugares centrales (en el sentido de Christaller) inaugurando entre los geógrafos la práctica del análisis nodal; en una celebrada disertación Kansky (1963) aplicó teoría de grafos básica a la medición intensiva de redes de transporte; March y Steadman (1971) examinaron los vínculos entre las habitaciones de los edificios y Krüger (1979) las relaciones que median entre los edificios en las plantas urbanas. El uso de análisis de redes en geografía, arquitectura y disciplinas conexas ha sido intensivo y hace ya mucho que se escribió el buen survey de Haggett y Chorley (1969) en el cual se destaca la relevancia del cálculo de la accesibilidad. Como quiera que sea, superando una resistencia no menguada por parte de los opositores a los métodos formales y de los partidarios de las áridas estadísticas al modo clásico como las que yo mismo practiqué alguna vez (Reynoso y Castro 1994), a la larga el análisis reticular terminó afianzándose en todos esos campos durante la década del sesenta y comienzos de la siguiente.
Una vez consolidada la idea de la ciudad como grafo o como red, era natural que se diera un paso más. Ese paso fue dado por Bill Hillier y sus colegas en el Space Syntax Laboratory, de la Bartlett School of Architecture en el University College de Londres, no muy lejos del lugar donde William Batty y el equipo del CASA estaban elaborando sus herramientas de autómatas celulares y análisis de dimensión fractal. El aporte de la Bartlett School es, por supuesto, la sintaxis espacial [space syntax, en adelante SE], una batería de técnicas sumamente simples para cuantificar y comparar patrones de accesibilidad en espacios construidos. El trabajo canónico en este campo sigue siendo The Social Logic of Space de Bill Hillier y Julienne Hanson (1984). Como se desprende del titulo, el propósito de la estrategia es vincular lo social y lo espacial:
La sintaxis espacial comienza en la observación de que el espacio es la base común de las ciudades física y social. La ciudad física es un patrón de espacio complejo, mientras que toda la actividad social ocurre en el espacio. En sí mismo, desde ya, esto conduce a un impasse. Toda actividad social deja trazas espaciales en forma de patrones recursivos, pero ¿cómo se puede relacionar esto con un contexto físico y espacial cuyos patrones esenciales fueron según toda la apariencia fundados mucho tiempo atrás, bajo la influencia de circunstancias sociales muy diferentes? Ante la reflexión, la tasa de cambio muy distinta de las ciudades física y social parece en sí misma impedir cualquier cosa excepto una relación contingente entre ambas.
Pero la sintaxis espacial agregó a la panoplia de conceptos espaciales existentes uno nuevo que potencialmente reformula las preguntas de la investigación: la configuración espacial. La esperanza fue que aprendiendo a describir y analizar diferentes clases de configuración espacial o patrón en la ciudad (por ejemplo, las diferencias entre las nuevas viviendas y las áreas urbanas tradicionales, que parecían prima facie ser críticamente distintas) sería posible detectar cualquier influencia que pudiera haber de factores sociales en la construcción de esos patrones espaciales y también explorar cualquier consecuencia que pudiera haber en términos de la forma en que la vida social tuvo lugar o podría haberlo tenido. Aprendiendo a controlar la variable espacial a nivel de los complejos patrones de espacio que constituyen la ciudad, podríamos empezar a comprender tanto los antecedentes sociales como las consecuencias de la forma espacial, y detectar así los signos de lo social a ambos lados de la ciudad física (Hillier y Vaughan 2007).
Dado que las técnicas empaquetadas bajo el rubro de SE, basadas en teoría de grafos, vinculan cuestiones de forma arquitectónica con ideas, lógicas y conceptos, y dado que se prestan además para el análisis tanto de edificios o estructuras individuales como de asentamientos enteros, no es de extrañar que fueran adoptadas de buena gana por los arqueólogos, que por entonces estaban desarrollando (con tantos o más constreñimientos metodológicos que los arquitectos) el campo emergente de la arqueología [social] del paisaje.
En las últimas dos décadas los arqueólogos han utilizado herramientas de SE o sus derivaciones en un número crecido de investigaciones, tanto en América del Sur (Moore 1992; Vega-Centeno 2005) como en América del Norte (Bradley 1992: 94-95; 1993: 29-32; Cooper 1995; Bustard 1996; Ferguson 1996; Shapiro 1997; Potter 1998; Van Dyke 1999; Stone 2000), Mesoamérica (Hopkins 1987, Hohmann-Vogrin 2005; Robb 2007) y Europa (Plimpton y Hassan 1987; Banning y Bird 1989; Foster 1989; Bonanno y otros 1990; Fairclough 1992; Laurence 1994: 115-121; Banning 1996; Smith 1996: 79-84, 243-258, 304-309; Cutting 2003; Perdikogianni 2003; Thaler 2005). La antropología ha agregado bastante poco a este repertorio, aunque se cuentan algunas excepciones (Lawrence y Low 1990). Véase, en todo caso, la página especial sobre vínculos específicos y bibliografía.
Vínculos esenciales:
- UCL Center for Advanced Spatial Studies, Londres
- http://www.casa.ucl.ac.uk/about/index.asp
- Ver http://eprints.ucl.ac.uk/view/subjects/14500.html
- Ver http://www.vr.ucl.ac.uk/research/vga/
- Space Syntax Laboratory
- Publicaciones – Space Syntax Laboratory:
- Bartlett School Home Page
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